La verdadera amistad no tiene precio y no está a la venta
Esta historia trata sobre un gato llamado Lyovka, que es muy bueno en sus deberes. Fue entrenado perfectamente por su instructor. El gatito nació en Mongolia y fue el único superviviente de toda la camada.
Su madre se fue de la casa con él e hizo un hogar cerca de la base. Allí, un hombre llamado Peter conoció al gatito y de inmediato se hicieron amigos. Estaban tan cerca el uno del otro, que el hombre consideró llevar al gatito con él a su ciudad natal después de que terminara su deber.
Eran casi inseparables y toda la ciudad estaba asombrada por sus trucos. El viejo militar entrenó perfectamente al gatito. Algunas personas querían comprar el gatito y le ofrecieron mucho dinero y un auto al hombre, pero él se negó a darle a su amada mascota.
El hombre dijo que el gatito ya es un miembro de la familia y un amigo cercano para él y que no podía separarse de él. Esta conmovedora historia demostró una vez más que la amistad no se vende y no tiene precio.
