Este hombre no se ha duchado en casi 67 años y tenía una razón seria

Este hombre no se había lavado durante 67 años. La única “higiene” a la que prestaba atención era que se quemaba el pelo de la cabeza y la barba con fuego si pensaba que estaban demasiado largos. Pero la razón por la que nunca se lavaba te sorprenderá.

Amu Haji vivió en Irán y era un ermitaño que no se había lavado durante más de 60 años. Se sabía que comía cadáveres y se rumoreaba que fumaba estiércol animal a través de una pipa.

Su verdadero nombre era desconocido, la gente lo llamaba “Amu Haji”, que significa “anciano”.

La única “higiene” a la que prestaba atención era quemarse el pelo de la cabeza y la barba con fuego cuando se le hacía demasiado largo. Su piel y su pelo eran de un color gris uniforme.

Vivió hasta los 94 años, y la gente confirmó que, a pesar de su cuestionable higiene, lució bastante saludable durante todos esos años.

Se decía que tenía miedo al agua, pero no a beber. Se decía que bebía hasta cinco litros al día de una lata sucia.

En cuanto a su alimentación, prefería buscarse la comida él mismo. Aunque la gente le ofrecía comida fresca, muchas veces él buscaba la suya. Incluso decía que prefería los animales del camino, su favorito era el erizo.

Se rumoreaba que comía los cadáveres de animales que encontraba completamente crudos, sin importar cuán podrida o vieja estuviera la carne.

También tenía una pipa y fumaba estiércol animal. También se rumoreaba que era aficionado a los cigarrillos y una vez fue fotografiado fumando varios a la vez.

Amu falleció a la edad de 94 años, varios meses después de que los lugareños lograran convencerlo de tomar un baño.

El doctor Gholamreza Molavi, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán, realizó pruebas al anciano antes de su muerte. Para su sorpresa, descubrieron que, a pesar de su estilo de vida, gozaba de buena salud.

Sin embargo, contrajo triquinosis, una enfermedad parasitaria que se transmite a través de los alimentos. Dado que le gustaba comer cadáveres, esto no fue sorprendente. Sin embargo, no tuvo un impacto significativo en su salud.

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