El 29 de diciembre se cumplió el décimo aniversario del trágico accidente de esquí de Michael Schumacher.
El siete veces campeón del mundo de Fórmula 1 aún sufre graves secuelas que afectan a su capacidad de moverse y hablar.
La vida de Schumacher cambió drásticamente después de una caída devastadora mientras esquiaba con su familia en Méribel, Saboya, el 29 de diciembre de 2013, hace exactamente diez años.
El impacto del choque provocó que su casco se rompiera cuando su cabeza golpeó una roca.
Aunque estaba aturdido, Schumacher estaba consciente cuando llegaron los rescatistas y fue llevado inmediatamente al hospital, donde pasó varios meses en coma.
Según un comunicado del Hospital Universitario de Grenoble, Schumacher “sufrió un traumatismo craneal grave y entró en coma al llegar al hospital, por lo que requirió una intervención neuroquirúrgica inmediata”. Su vida se vio amenazada además por una hemorragia cerebral.
Cuando Schumacher se despertó seis meses después, su condición seguía siendo la misma.
A pesar de ser uno de los deportistas más famosos del mundo, los detalles sobre el estado actual de Schumacher siguen siendo escasos, ya que su familia mantiene una actitud muy reservada. Evitan compartir información con los medios y lo mantienen alejado del ojo público.
La leyenda de la Fórmula 1 ya no puede caminar ni estar de pie y tampoco puede hablar.
Alrededor de 15 médicos, enfermeras y fisioterapeutas trabajan incansablemente para cuidar a Schumacher.
El accidente, ocurrido hace diez años en la estación de Méribel, en los Alpes franceses, lo ha dejado residiendo en una suite hospitalaria privada en la finca de su familia en Gland, Suiza, desde septiembre de 2014.
Gaëtan Vigneron, comentarista de Fórmula 1 desde hace 30 años, comentó que Schumacher es ahora “un prisionero de su propio cuerpo”.
En una emotiva reflexión compartida con los medios locales, el hermano menor de Schumacher, Ralf, dijo: “Extraño al Michael de antes”.
La vida, como a veces resulta cruelmente evidente, ha sido increíblemente injusta. Michael Schumacher, que en su día fue uno de los deportistas más afortunados y exitosos, ahora se enfrenta a desafíos inimaginables.