Según informes, el funeral del Papa se está ensayando después de que el pontífice de 88 años advirtiera que podría no sobrevivir a una neumonía.
Se dice que la Guardia Suiza, que protege al Papa, está practicando para su funeral, y sus miembros se encuentran bajo toque de queda mientras se preparan para la posible muerte del pontífice, según el periódico suizo Blick.
El Papa había compartido previamente que ya tenía preparados los detalles de su tumba, aunque la ubicación y el diseño de su ataúd romperían con la tradición.
Esto se produce después de que el Papa Francisco fuera hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma el viernes debido a un fuerte dolor en el pecho, a pesar de resistirse a los pedidos de que abandonara el Vaticano. Los médicos le diagnosticaron una infección respiratoria «compleja», lo que llevó a la cancelación o reprogramación de sus compromisos esta semana.
El Vaticano confirmó el martes que el Papa padece neumonía, junto con bronquitis asmática, que requiere tratamiento con antibióticos a base de cortisona. El Vaticano añadió que los análisis de laboratorio, las radiografías de tórax y el estado clínico del Papa siguen presentando una situación complicada. La infección es especialmente preocupante porque al Papa le extirparon parte de un pulmón hace años.
El cardenal italiano Angelo Comastri, de 81 años, habló con la RAI sobre el estado del Papa y dijo: “Francisco está muy tranquilo. Su timón está en las manos del Señor”.
Dos personas cercanas al Papa han afirmado que éste les dijo que “esta vez podría no lograrlo”. Consciente de su tiempo limitado, el Papa se ha centrado recientemente en “atar cabos sueltos” y asegurar su legado, especialmente durante un período políticamente delicado para la Iglesia Católica.
La gente se ha reunido en el Hospital Gemelli para orar por él.
El lunes, los profesionales médicos confirmaron que el Papa sufre una infección respiratoria polimicrobiana, que incluye una mezcla de virus, bacterias y posiblemente otros organismos, lo que provoca una neumonía doble. El tratamiento puede incluir oxígeno a través de un tubo nasal o una mascarilla, líquidos intravenosos y abordar la infección subyacente.
Hasta el momento, el Papa no ha necesitado oxígeno suplementario y continúa desayunando, leyendo los periódicos y realizando algunos trabajos desde su habitación del hospital.
El Vaticano no ha publicado información sobre cómo está respondiendo Francisco al tratamiento, pero ha confirmado que no tiene fiebre.
El doctor Carmelo D’Asero, experto en enfermedades infecciosas y geriátricas de Roma, señaló que la falta de fiebre del Papa no es necesariamente una buena señal, considerando la gravedad de su infección. “Una fiebre alta es un signo de una respuesta inmunitaria a un patógeno”, explicó. “Tener fiebre baja y una infección bronquial grave… es un signo de una respuesta inmunitaria disminuida, lo que es un poco más preocupante”.
El Vaticano no ha dado un cronograma sobre cuánto tiempo el Papa podría permanecer hospitalizado, solo señaló que el tratamiento para un “cuadro clínico tan complejo” requiere una estadía “adecuada”.
