💔Una emotiva historia sobre un juguete perdido y actos de bondad.😳

En un mundo en el que a menudo hay noticias inquietantes, resulta reconfortante escuchar una historia conmovedora que nos recuerda la bondad y la generosidad de los demás. Una de esas historias fue compartida por Helen Lupton en Facebook y conmovió a muchas personas.

Helen había pasado un día divertido en la sala de juegos Pleasureland Amusements en Whitby, Yorkshire, con su hijo Blake. Sin embargo, al regresar a casa, se dieron cuenta de que el adorado perezoso morado de Blake, Slothy, se había quedado atrás.

Desconsolada, Helen se acercó a la sala de juegos con la esperanza de encontrar el juguete perdido. Desafortunadamente, el personal le informó que no se había entregado nada a la sección de objetos perdidos. Blake estaba devastado y sentía que toda esperanza estaba perdida.

Decidida a arreglar las cosas, Helen intentó encontrar un juguete de reemplazo, pero no pudo. Entonces, inesperadamente, recibió un mensaje de Pleasureland Amusements: ¡Habían encontrado a Slothy!

Helen estaba encantada de compartir la noticia con Blake, cuyo rostro se iluminó de emoción. Preguntó si podían enviar a Slothy de regreso, ya que no eran locales, y el personal amablemente aceptó. Unos días después, llegó un paquete.

Dentro había varias sorpresas dulces: tres bolsas de dulces y dos juguetes nuevos, junto con una nota conmovedora. “Hola, pensamos que Pablo (como lo llamábamos antes de saber que era Slothy) podría asustarse en su viaje, así que lo enviamos con un amigo y algunos bocadillos para compartir con ustedes cuando llegue a casa sano y salvo”, decía la nota. “También le dimos un juguete antiestrés para que se entretenga. Esperamos que Pablo, también conocido como Slothy, se mantenga a salvo de ahora en adelante”.

Conmovida por la amabilidad del personal de Pleasureland, Helen publicó fotografías en Facebook, expresando su gratitud por el recordatorio de que todavía hay gente buena, honesta y solidaria en el mundo. Animó a otros a visitar la galería de Whitby.

La publicación rápidamente ganó atención y recibió cientos de comentarios. A muchos les conmovió la historia y una persona incluso admitió que la hizo llorar. El personal de Pleasureland recibió elogios de todos lados y un comentarista les dio «cinco estrellas de oro».

Este dulce relato es un poderoso recordatorio de que, incluso en tiempos difíciles, la bondad sigue existiendo en el mundo. Historias como esta nos devuelven la fe en la humanidad y nos dan esperanza para el futuro.

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