Kate Middleton, esposa del príncipe Guillermo, regresó a la ceremonia anual del Día de la Commonwealth en la Abadía de Westminster en Londres tras dos años de ausencia. Para la ocasión, lució un abrigo rojo brillante con un lazo de su marca favorita, Catherine Walker, continuando su apuesta por la moda sostenible. Anteriormente, había lucido este abrigo durante la ceremonia navideña y la última vez que se la vio con él fue en 2023, cuando ella y su esposo recibieron al presidente surcoreano Yoon Suk-yeol y a la primera dama Kim Keon-hee en una visita de Estado a Londres. Kate también lleva el mismo abrigo en negro.
En esta ocasión, la Princesa de Gales combinó su look con un elegante sombrero pastillero de Gina Foster. Completó el conjunto con unos stilettos de ante rojo oscuro de Gianvito Rossi y un clutch de terciopelo de Miu Miu a juego.
Siguiendo la tradición, Kate rindió homenaje a dos mujeres icónicas de la familia real británica con sus joyas. Llevó unos pendientes largos con perlas y diamantes que pertenecieron a la difunta madre de William, la princesa Diana. Los pendientes se combinaron con una gargantilla de perlas y diamantes, pieza que perteneció a la reina Isabel II. La gargantilla fue un regalo a la difunta reina durante su visita a Japón en 1975, donde el gobierno japonés encargó la lujosa pieza al joyero de la corona británica, Garrard. El collar presenta un singular cierre de diamantes de forma curva. La princesa Diana lo lució en la década de 1980, y Kate también lo ha lucido antes, especialmente en el funeral de la reina en 2022. En diciembre, Kate lució los mismos pendientes y gargantilla con un abrigo color borgoña liso.
El príncipe Guillermo lucía elegante con camisa blanca, corbata granate, traje azul marino y zapatos Oxford de cuero negro. También lucía la barba que ha lucido en los últimos meses. A la ceremonia también asistieron el rey Carlos III, la reina Camila, la princesa Ana y otros miembros de la familia real.
El año pasado, Kate no asistió a la ceremonia porque aún se recuperaba de una cirugía abdominal programada a la que se sometió en enero. En marzo, reveló que le habían diagnosticado cáncer y que estaba recibiendo quimioterapia. Para diciembre, comenzó a reincorporarse gradualmente a sus deberes reales, y en enero de este año, Kate anunció que estaba en remisión.
