En 1996, en el Zoológico Brookfield de Illinois, un niño de 3 años cayó desde 7.5 metros en un recinto de gorilas y sufrió heridas graves. La madre del niño gritó de pánico, y con siete gorilas presentes, incluyendo una hembra de 72 kilos llamada Binti Jua, la situación parecía desesperada. Sin embargo, en medio del caos, el instinto maternal de Binti Jua se apoderó de él. Se acercó con calma al niño inconsciente, protegiéndolo de posibles daños mientras cargaba a su propio bebé a la espalda.
Binti Jua colocó con cuidado al niño cerca de la entrada del recinto, lo que permitió que los cuidadores y paramédicos lo recuperaran sano y salvo. El niño sobrevivió con una mano rota y algunos moretones. Las acciones de Binti Jua se convirtieron rápidamente en un símbolo de empatía y le valieron la admiración mundial por su compasión.
Los expertos debatieron si su comportamiento fue aprendido o instintivo, pero sus acciones demostraron claramente una profunda empatía. Su historia puso de relieve que la compasión no conoce fronteras entre especies. El niño, cuya identidad se mantiene en secreto, se recuperó por completo. El legado de Binti Jua perdura como recordatorio del instinto universal de proteger y cuidar a los demás, sin importar las diferencias.