El reciente anuncio del compromiso de Paris Jackson, de 26 años, hija de Michael Jackson, con Justin Long ha generado una intensa desaprobación en su familia. Creen firmemente que a él solo le interesa su inmensa fortuna. Si bien se dice que las cuentas bancarias de Justin acumulan poco más de 10 millones de dólares, Paris heredará un tercio de casi dos mil millones de dólares cuando cumpla 33 años. Esta es la suma que, según el testamento de su difunto padre, se dividirá entre su única hija y dos de sus hermanos, Prince y Bigi.
La familia de Paris está convencida de que Justin, un productor musical e ingeniero de sonido de nivel medio, lleva tiempo planeando apoderarse de su fortuna. Hace varios años, se ganó sutilmente su confianza ofreciéndole sus servicios profesionales cuando Paris decidió dedicarse al canto. Empezó como modelo, pero más tarde optó por actuar en el escenario, acompañándose con la guitarra. Justin empezó a ayudarla con esto, y, según se dice, su relación profesional se tornó romántica hace unos tres años.
En realidad, Paris no necesita trabajar; lo hace por puro placer. Aunque aún no tiene pleno acceso a la herencia de su padre, recibe 8 millones de dólares anuales. Se rumorea que Justin ya está utilizando su generoso apoyo financiero para financiar sus propios proyectos, y que, al casarse con ella, se haría inmensamente rico.
La verdadera preocupación es si él le romperá el corazón. Paris, conocida por sus muchos romances, se ha hecho famosa por su tendencia a enamorarse rápida y profundamente, solo para sufrir desilusiones cuando las relaciones terminan, generalmente sin su propia decisión. Según sus amigos, cada vez que se enamora, cree haber encontrado a su media naranja, pero cuando la abandonan, se promete ser más cautelosa en el futuro. Sin embargo, el mismo patrón se repite, y con cada ruptura, sufre aún más. La familia de Paris solo puede esperar estar equivocada con Justin y que todo salga bien para ella y su futuro esposo.
