Cuando la jubilada estadounidense Almeda Errel fue al cementerio para despedir a su hijo en su último viaje, nunca pensó que allí encontraría el amor.
Pero tan solo tres semanas después, la mujer de 71 años se presentó en el altar y le dio el «sí, quiero» a Gary Hardwick, de 17 años. Ahora, los recién casados viven en casa de Almeda con uno de sus nietos, que solo es tres años mayor que su nuevo esposo.
Para Gary, que ahora tiene 18 años, este tipo de relación no es nada nuevo: ya había salido con una mujer de 77 años. Todo empezó cuando se enamoró de una maestra de escuela cuando tenía 8 años.
“No buscaba a un hombre más joven, pero Gary llegó a mi vida”, dice Almeda, empleada de tienda. “Sabía que era el indicado”.
Esta felicidad cayó sobre la cabeza de una mujer, madre de cuatro hijos, poco después de que muriera su marido y luego su hijo mayor, de 45 años.
Estuve casada con mi primer marido durante 43 años, y cuando falleció en 2013, tras siete meses hospitalizado por complicaciones de la diabetes, me quedé completamente sola. Necesitaba un alma gemela. Luego murió su hijo, y la situación empeoró.
Mientras tanto, Gary mantenía una relación infeliz con su novia de 77 años. «Discutíamos constantemente, me deprimí y buscaba una salida».
«La edad es solo un número», dice el tipo. ¿Qué dices?
