Stacey Harold, nacida con una rara enfermedad llamada osteogénesis imperfecta, enfrentó numerosos desafíos a lo largo de su vida.
Su altura era de apenas 71 centímetros y durante la mayor parte de su vida estuvo confinada a una silla de ruedas.
En el año 2000, el destino unió a Stacey con Will Gerald, quien se convirtió en su esposo. Se conocieron en un pequeño supermercado del pueblo de Dry Ridge, donde ambos trabajaban.
Will, que era un metro más alto que su elegida y nueve años más joven, vio en Stacey no solo su apariencia, sino también su inmensa fuerza interior. Cuatro años después, se casaron.
Desde el principio, los médicos predijeron que su familia no estaría completa. Insistieron en que Stacey no podía gestar un hijo. Estas palabras le causaron un gran dolor.
Cuando la pareja decidió intentar concebir, muchos, incluida la madre de Stacey, le advirtieron que no lo hiciera, creyendo que era demasiado peligroso para su vida. Pero Stacey y Will no se arrepintieron.
Su primera hija, Katherine, nació en 2006 por cesárea a las 28 semanas de embarazo. La niña heredó la enfermedad de su madre.
En 2008, nació su segunda hija, Makayla. Esta vez, el embarazo fue más complicado: la bebé se desarrolló rápidamente y Stacey bromeó diciendo que parecía una pelota enorme. Afortunadamente, Makayla nació completamente sana.
En 2009, la familia creció con la llegada de su hijo Malachi. Al igual que su hermana mayor, heredó la condición de Stacey.
Stacey estableció un récord único al ingresar al Libro Guinness de los Récords como la mujer más pequeña en dar a luz a tres hijos.