Ella era una verdadera belleza Una mujer desfiguró su rostro con numerosas cirugías plásticas: así lucía antes.

Jocelyn Wildenstein, nacida en Lausana, Suiza, en 1940, creció en una familia de clase media.

Su camino hacia la alta sociedad comenzó tras conocer a Alec Wildenstein, miembro de una prominente familia de coleccionistas de arte, poseedor de una vasta fortuna y una reconocida colección de arte. La pareja se conoció en 1977, cuando Jocelyn salía con otro hombre adinerado. Sin embargo, Alec rápidamente la conquistó y se casaron poco después.

Se sabe que Jocelyn comenzó a someterse a cirugías plásticas para complacer a su esposo, quien sentía un gran cariño por los gatos, en particular por los grandes felinos salvajes como leones y tigres. Por eso, poco a poco, comenzó a modificar su rostro para lograr una apariencia felina. Las cirugías comenzaron con pequeños cambios, pero con el tiempo se volvieron más significativas y costosas.

Como resultado, su rostro adquirió una apariencia única y reconocible, pero a menudo se convirtió en objeto de discusión y críticas. La pareja se divorció en 1999, convirtiéndose en uno de los divorcios más costosos de la historia. Como parte del acuerdo, Jocelyn recibió una indemnización sustancial de millones de dólares.

Sin embargo, se le prohibió usar el dinero para más cirugías plásticas. Su apariencia se convirtió en motivo de interminables discusiones y alcanzó una fama escandalosa, convirtiéndose en tema habitual de la prensa sensacionalista, especialmente en Estados Unidos, donde se ganó el apodo de «Catwoman».

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