El heredero al trono británico y su esposa asistieron a la misa navideña anual en la Abadía de Westminster. El evento tuvo lugar el 6 de diciembre y ya se ha transmitido por televisión. El príncipe Guillermo y Kate Middleton asistieron con sus tres hijos: George, de 11 años, Charlotte, de 9, y Louis, de 6.
Kate eligió un abrigo rojo cruzado de Alexander McQueen con un llamativo lazo negro, combinado con tacones de aguja Ralph Lauren de ante negro para el evento. Charlotte lució un conjunto a juego con su madre. Estaba adorable con un abrigo cruzado hasta la rodilla en color cereza y cuello redondo. Debajo, lucía una falda plisada verde oscuro. El conjunto se completó con medias negras y zapatos Mary Jane de charol. Llevaba el pelo peinado con raya al medio y los mechones superiores recogidos en una coleta, adornada con un lazo negro que también hacía juego con el atuendo de la Princesa de Gales.
La hija de Kate y William sonrió dulcemente, y los niños reales parecían estar de muy buen humor: los tres reían e intercambiaban miradas. La joven princesa rió disimuladamente con sus hermanos cuando uno de los lectores del servicio, Richard E. Grant, recitó «Un Cuento de Navidad» con divertidas entonaciones y expresiones faciales. Sin embargo, se comportó con atención durante los momentos más serios, cantando con cuidado junto con sus padres y los demás asistentes.
La colegiala también demostró gran madurez como hermana mayor cuando la familia encendió las velas al comienzo del servicio. Tranquila y serena, Charlotte se aseguró de que su hermano menor, Louis, tuviera la suya encendida y se comportara apropiadamente. Lo que más la fascinó fue la función de ballet. Apasionada de este arte, asiste a clases de ballet en su prestigiosa escuela privada, Lambrook, en Berkshire. Charlotte observó la actuación con asombro desde su asiento en primera fila.
El concierto en la Abadía de Westminster marcó la aparición pública más significativa de la Princesa de Gales tras un año difícil en el que se sometió a quimioterapia. En septiembre, Kate anunció que se había curado del cáncer y que reanudaría gradualmente sus deberes reales. Durante el servicio, el Príncipe George dirigió la ceremonia, y el pequeño Louis compartió un momento emotivo con su madre.