Jenny, la vaquera devota, decidió sorprender a su esposo Mike enviándole una foto divertida de ella vestida con ropa vaquera. Segura de que le encantaría, posó en la parte trasera de una camioneta, sonriendo al presionar «Enviar».
Y tenía razón: a Mike le encantó la foto y la contempló un buen rato antes de responder. Pero al ampliarla, un pequeño detalle le llamó la atención: Jenny no llevaba su anillo de bodas. Aunque estaba guapísima, era raro que no lo llevara. Al principio, no le prestó atención, pero luego notó algo más: un reflejo en la ventanilla de la camioneta.
Era el novio de Jenny de la prepa, el hombre con el que había salido durante años. Claramente, él había tomado la foto. Mike decidió confrontarla, y ella admitió que se había encontrado con su ex, pero insistió en que era solo una coincidencia.
Sin embargo, Mike no podía quitarse de la cabeza la idea de que su anillo había desaparecido y que su ex era quien estaba detrás de la cámara. Incapaz de superarlo, tomó la difícil decisión de divorciarse. Lo que parecía una inofensiva foto de vaquera terminó por destrozar la confianza en su matrimonio, dejando a Jenny y a Mike con las dolorosas consecuencias. Fue un recordatorio de lo frágiles que son la confianza, la comunicación y la comprensión en cualquier relación.