Richard Hernandez, de 62 años, originario de Texas y exbanquero, decidió convertirse en el primer «dragón sin género» del mundo. Durante los últimos diez años, se ha sometido a diversas modificaciones corporales para lograr este objetivo, transformándose en una criatura mítica. Su cuerpo ahora está completamente cubierto de tatuajes y piercings, con la lengua partida y una nariz similar a la de Voldemort, del mundo de Harry Potter .
Richard cambió su nombre a Tiamat Legion Medusa, pero algunos lo llaman «Lady Dragon». Prefiere que lo llamen «ellos» en lugar de «él», explicando que no se identifica con ningún género. En una entrevista con el YouTuber Anthony Padilla, Hernandez compartió detalles de su transformación, pasando de ser un financiero de alto rango a un auténtico fenómeno. Reveló que a los 40 años ya tenía 79 piercings ocultos, pero quería tatuajes y piercings más visibles. Para lograr la apariencia deseada, tuvo que dejar su carrera y gastar $80,000, ya que los tatuajes y los piercings por sí solos no eran suficientes.
Poco a poco, Hernández se hizo tatuajes en la cara, se dividió la lengua y se implantó cuernos en la cabeza. Pero eso no fue suficiente: más tarde se sometió a una intervención quirúrgica radical para remodelar su nariz, explicando que sentía una «conexión espiritual» con las serpientes y que también sentía un gran amor por Voldemort.
«Cuando vi Harry Potter por primera vez y vi a Lord Voldemort como uno de los personajes, me enamoré al instante», explica Richard. «Quiero casarme con Lord Voldemort; seríamos una pareja maravillosa», añade.
Ahora, el estadounidense tiene tatuajes que parecen escamas en la piel, el blanco de sus ojos está tatuado de verde, le faltan casi todos los dientes, y una lengua partida y varios cuernos completan su temible apariencia. Para convertirse en un «dragón sin género», ya se ha extirpado los testículos y planea deshacerse por completo de sus genitales. Además, Richard tiene una afición inusual: colgarse de ganchos de carnicero.
“Me cuelgo de ganchos… la mayor cantidad de ganchos que he tenido en mi cuerpo a la vez: 50”, dice.
Su inusual apariencia ha generado numerosas críticas y reacciones negativas a lo largo de los años. Sin embargo, a Richard no le preocupa, pues creció en el conservador sur de Texas y era abiertamente gay, lidiando con acosadores con frecuencia. Con orgullo menciona que siempre salía victorioso de las peleas callejeras.
Hernández tiene un hijo adulto que no aprueba los experimentos de apariencia de su padre. «Mi relación con mi hijo ha cambiado», admitió el estadounidense. «Para cuando comencé mi transformación, mi hijo ya tenía 16 años y me rechazó». «Mi hijo ha estado fuera de mi vida durante siete años, y espero que al menos me vea en internet. Por eso uso las redes sociales», añadió Richard con tristeza.