El querido jugador de los Leeds Rhinos y estrella del rugby inglés, Rob Burrow, falleció el 2 de junio a los 41 años tras una valiente lucha contra la enfermedad de la neurona motora (EMN). Cientos de aficionados se congregaron para rendirle homenaje, y los aficionados, con camisetas de los Leeds Rhinos, inundaron las calles de azul.
Una recepción civil en el Salón Cívico de Leeds celebró su vida, a la que asistieron familiares, compañeros de equipo y líderes locales. El cortejo fúnebre de Burrow hizo una parada en el estadio de los Featherstone Lions, donde comenzó su trayectoria en el rugby.
En su emotiva despedida, Burrow instó: “No desperdicien ni un instante de su vida”. Su esposa, Lindsey, lo describió como un hombre que “hizo del mundo un lugar mejor”.