La crueldad que algunos humanos pueden infligir a los perros es profundamente perturbadora, y con demasiada frecuencia, estos inocentes animales sufren un dolor inimaginable. Un caso similar fue el de un perro llamado Buddy, quien sufrió quemaduras graves en la cara durante un ataque aterrador. Sin embargo, con la ayuda de veterinarios compasivos, Buddy se recuperó milagrosamente.
Según un informe de la Sociedad Protectora de Animales de Tunica de abril de 2021, a Buddy, descrito como un perro «feliz y despreocupado» que «nunca representó una amenaza para nadie», le prendieron fuego. Lo encontraron con un cable alargador enrollado alrededor del cuello y la cara completamente carbonizada. Un niño admitió posteriormente haberle prendido fuego, pero debido a su edad (menor de doce años), no pudo ser acusado.
Buddy quedó bajo el cuidado de la Sociedad Protectora de Animales de Tunica en Misisipi, y la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Misisipi le brindó el tratamiento médico que tanto necesitaba. Su recuperación fue lenta, pero mostró indicios de esperanza.
«Los signos vitales de Buddy son buenos, pero como cualquier paciente con quemaduras, este es solo el comienzo de un largo camino», dijo la Dra. Elizabeth Swanson, profesora asociada y cirujana veterinaria.
A pesar de la gravedad de la lesión, Buddy no perdió la vista y los médicos creían que sus ojos sanarían con tratamiento médico. Le cambiaban los vendajes con regularidad y Buddy mantuvo una actitud positiva durante todo el proceso. Incluso aprendió comandos básicos como parte de su recuperación. El personal de la Sociedad Protectora de Animales expresó que Buddy «nunca decepcionó a sus médicos» y que estaban encantados con el progreso logrado durante sus injertos de piel.
Aunque las lesiones de Buddy fueron devastadoras, su historia inspiró a muchos, y con el paso del tiempo, su progreso fue notable. Las heridas de Buddy comenzaron a sanar y finalmente le quitaron las vendas de las orejas. Se volvió más alegre y vivaz, y su personalidad volvió a brillar.
El 7 de agosto, se alcanzó un hito importante en la recuperación de Buddy. Tras más de tres meses con el vendaje completo, sus ojos quedaron al descubierto sin necesidad de sedación intensa. Por primera vez desde el ataque, Buddy pudo ver. «Sí, Buddy aún puede ver gracias a sus innumerables oraciones», escribió la Sociedad Protectora de Animales.
La última vez que Buddy vio antes del ataque fue cuando le prendieron fuego en la cara, y su vida cambió por completo en un instante. Recuperar la vista fue un paso importante hacia la recuperación, y su comportamiento comenzó a cambiar a medida que se volvía más juguetón y alegre. Incluso se le vio cargando una pelota grande y jugando a buscarla, mostrando signos de su antiguo yo.
Aunque Buddy ha logrado avances increíbles, su camino está lejos de terminar. Aún requiere cuidados especiales, como usar protector solar al aire libre, ya que su piel es sensible y sus ojos podrían necesitar más tratamiento. La historia de Buddy sirve como recordatorio de la crueldad que enfrentan algunos animales, pero también resalta el poder de la bondad, la compasión y la extraordinaria resiliencia de los animales.