Colin Farrell ha compartido con franqueza el proceso emocional que implicó su decisión de internar a su hijo James, de 21 años, en un centro de cuidados a largo plazo. James, quien nació con el síndrome de Angelman —un trastorno neurológico poco común que causa graves discapacidades físicas e intelectuales—, ha sido el centro de atención de Colin.
Inicialmente diagnosticado erróneamente con parálisis cerebral, James fue diagnosticado posteriormente con el síndrome de Angelman, conocido por síntomas como convulsiones, problemas del habla y dificultades motoras. La madre de Colin y James, Kim Bordenave, ha tomado la difícil decisión de transferir a James a cuidados a largo plazo mientras aún pueden participar.
«No es fácil», admitió Colin en una entrevista. «¿Pero qué pasa si nos pasa algo mañana? Queremos asegurarnos de que James esté en un lugar donde se sienta seguro, conectado y cuidado, con nosotros todavía cerca para visitarlo y estar presentes en su vida».
Colin relató los primeros desafíos e hitos de James, desde la ausencia de marcadores de desarrollo hasta que finalmente aprendió a alimentarse solo e incluso dio sus primeros pasos justo antes de cumplir cuatro años. «Me eché a llorar», recordó. «La determinación en su rostro… era mágica».
A pesar de no poder hablar y necesitar ayuda diaria, James ha progresado increíblemente. Su fuerza y resiliencia inspiraron a Colin a compartir públicamente su experiencia y a fundar la Fundación Colin Farrell para apoyar a familias con niños con discapacidad intelectual.
El actor también reveló que James no ha tenido convulsiones durante más de una década, un gran alivio después de años difíciles de visitas de emergencia al hospital y pruebas de medicamentos.
Aunque Colin normalmente ha mantenido en privado la vida de su hijo, decidió hablar ahora para honrar la valentía de James y defender a otras personas en situaciones similares. «Ha trabajado muy duro toda su vida», dijo Colin. «Estoy orgulloso de él todos los días».
