Allegra Cole comenzó su carrera como modelo a los 30 años, luciendo muy diferente a como luce hoy. Su belleza natural la ayudó a alcanzar el éxito, y una vez que ganó suficiente dinero, decidió invertirlo en sí misma, buscando lo que consideraba el cuerpo perfecto.
Pero la idea de belleza de Allegra es todo menos convencional. En las últimas dos décadas, se ha sometido a innumerables cirugías plásticas, transformando drásticamente su apariencia. Hoy, su imagen se caracteriza por rasgos exagerados y modificaciones corporales extremas, decisiones que acepta con orgullo.
Su esposo, preocupado por los drásticos cambios, intentó disuadirla de seguir adelante. Pero Allegra se negó a detenerse. Finalmente, cansado de su obsesión, solicitó el divorcio. En lugar de angustia, Allegra se sintió liberada, finalmente libre para perseguir plenamente su transformación.
El año pasado, fue un paso más allá. Sus últimos procedimientos la han dejado con un aspecto aún más extremo, algunos incluso inquietante. Aun así, Allegra afirma que por fin ha alcanzado su visión de la perfección y está lista para parar.
Sus seguidores permanecen cautivados, observando cada uno de sus movimientos. Muchos creen que es adicta a la cirugía y a los retoques estéticos, pero Allegra se considera completa, sin importar lo impactante que sea el resultado.
