Un gatito de refugio con el corazón roto recibe una segunda oportunidad y mucho más

Cuando Emilie Rackovan, fundadora de Thrifted Kittens Animal Rescue , vio la foto de un pequeño gatito cubierto de aceite que había sido acogido por el control de animales local, se sintió profundamente abatida. El gatito parecía completamente derrotado, y Emilie supo que tenía que ayudarlo.

«El increíble personal de MADACC estaba haciendo todo lo posible, pero él estaba teniendo dificultades para adaptarse al refugio», dijo Emilie.

Sin dudarlo, ella extendió la mano y se ofreció a acogerlo.

Cubierto de una sustancia aceitosa y con mechones de pelo desprovistos, el frágil gatito necesitó varios baños antes de recuperarse. Con solo 1,1 kg, los veterinarios estimaron su edad entre seis y nueve meses, aunque no era más grande que un gatito de tres meses. Lo llamaron Stuart Little .

 

Ubicado en un hogar de acogida con Haley, Stuart pronto empezó a mostrar esperanza. Ronroneaba sin parar y devoraba su comida, disfrutando de la calma y la comodidad de un hogar. La tristeza que antes ensombrecía su carita comenzó a desaparecer poco a poco.

Cada día, Stuart se hacía más fuerte y seguro. Exploraba su nuevo espacio con gran curiosidad, se enamoró de las mantas acogedoras y se apoderó de cada rincón para las siestas. La voluntaria Kayla pronto se unió para cuidarlo, dándole acceso a una habitación más grande, más juguetes y mucho cariño.

 

El tímido gatito del refugio ya no estaba. Stuart ahora juega, salta y se para sobre sus patas traseras para perseguir sus juguetes, dejando ver su carácter juguetón. Su pelaje grasiento ha sido reemplazado por uno esponjoso, y sus ojos ahora brillan con travesuras y alegría.

Al igual que su tocayo, este pequeño aventurero puede ser pequeño, pero su espíritu es grande. Con un equipo de padres adoptivos cariñosos y un hogar seguro y feliz, el futuro de Stuart Little es más brillante que nunca.

«Estamos muy agradecidos con MADACC por darle una oportunidad y con las familias de acogida que dijeron que sí a un gatito que solo necesitaba amor», dijo Emilie.

Stuart Little nunca volverá a sentirse solo, y nunca se quedará sin caricias en la barbilla ni sin aventuras.

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