En una reveladora entrevista con Vanity Fair para su portada de noviembre, la artista de 34 años (cuyo nombre real es Melissa Viviane Jefferson) reflexionó sobre su trayectoria profesional y el profundo significado de su música. A pesar de su popularidad mundial, Lizzo lo dejó claro: no crea música dirigida a una raza específica. Su obra se basa en su auténtica experiencia afroamericana, y le sirve como una forma de sanación personal.
Aunque la base musical de Lizzo se basa en el R&B, el gospel y el hip-hop, su irrupción en el pop con éxitos como «Juice», «Good As Hell» y «About Damn Time» ha atraído a fans de todos los orígenes, incluyendo a muchos oyentes blancos tras su álbum de 2019, «Cuz I Luv You» . Aun así, Lizzo enfatizó que su público principal son las mujeres negras.
“Necesitamos amor propio y autoafirmación más que nadie”, enfatizó Lizzo, explicando que sus canciones buscan inspirar a las mujeres negras que, como ella, han sufrido acoso, discriminación y presión sistémica. Le frustra que cuestionen su conexión con la comunidad negra, una identidad que, según ella, está entretejida en todo lo que hace.
Al hablar sobre su reciente controversia con la histórica flauta de cristal de James Madison, Lizzo compartió su tristeza por el escaso progreso que han experimentado las mujeres negras. Admitió sentirse desesperanzada, destacando que las mujeres negras han sido infravaloradas y menospreciadas durante mucho tiempo en Estados Unidos. Sin embargo, Lizzo también ve esperanza, sobre todo cuando quienes ostentan el poder empiezan a reconocer y corregir sus privilegios.
Lizzo, defensora de la justicia social, donó recientemente 500.000 dólares a Planned Parenthood y a la Red Nacional de Fondos para el Aborto tras la anulación del caso Roe contra Wade, donación que fue igualada por Live Nation, la promotora de su gira. No dudó en criticar el racismo sistémico y la supremacía masculina blanca, denunciando las estructuras que siguen oprimiendo a los grupos marginados.
En definitiva, la historia de Lizzo va más allá de la música. Trata sobre raza, resiliencia, identidad y activismo. Su voz intrépida continúa rompiendo barreras, impulsando una reflexión cultural más amplia, a la vez que recuerda a sus fans, especialmente a las mujeres negras, que se amen sin complejos.