La nueva vida de Gisele Bündchen comenzó, inesperadamente, en un estudio de jiu-jitsu en North Miami. En 2021, inscribió a su hijo Benjamin en clases en la academia Valente Brothers, donde conoció al instructor Joaquim Valente. En ese entonces, Bündchen aún estaba casada con Tom Brady, pero rápidamente se estableció una conexión entre ella y el carismático artista marcial.
En 2022, Gisele habló sobre cómo el jiu-jitsu —y Joaquim— la ayudaron a encontrar fuerza y crecimiento personal, e incluso publicó un video de ambos entrenando juntos. Ese mismo año, surgieron rumores a medida que se abría una brecha en su matrimonio. En octubre, ella y Brady finalizaron su divorcio.
Aunque Gisele insiste en que su relación comenzó después de su separación, algunos especulan que comenzó antes. En 2024, la pareja hizo público su romance. Para el Día de Acción de Gracias, Gisele fue vista celebrando la festividad con la familia de Joaquim en su residencia de Bal Harbour, llamando la atención por su sencillez.
En febrero de 2025, la pareja dio la bienvenida discretamente a un niño. Desde entonces, Gisele ha vuelto a abrazar la maternidad; se la ha visto paseando con su recién nacido en Surfside, donde vive en una casa frente al mar de 11,5 millones de dólares. A pesar de ser un ícono mundial, los lugareños dicen que se integra como «una madre más».
Tanto Gisele como Joaquim comparten raíces brasileñas, un estilo de vida saludable y una actitud reservada ante la fama. La supermodelo ha sido vista en un estudio de pilates, pero evita los focos, prefiriendo la vida en casa y salidas ocasionales en su yate de 1,2 millones de dólares.
Su vínculo parece profundo y duradero. Con valores compartidos, un bebé recién nacido y una vida tranquila en Miami, Gisele parece haber recuperado no solo el amor, sino también un renovado propósito.
