Valeria, una mujer de 26 años conocida por su distintiva apariencia, se define a sí misma con picardía como un «hito». Con tan solo 109 centímetros de altura, ha captado la atención del público no solo por su estatura, sino también por su resiliencia y optimismo.
A pesar de sus diferencias físicas, Valeria ha alcanzado logros notables: ha alcanzado la fama, ha encontrado el amor e incluso ha sido madre. En 2017, dio a luz a una niña sana, desafiando las preocupaciones de los médicos que la habían desaconsejado por posibles riesgos para la salud.
Su caso excepcional le valió un lugar en el Libro de los Récords de su país hace dos años, reconociéndola oficialmente como la madre más pequeña del país. De niña, le diagnosticaron una rara afección genética responsable de su limitación de crecimiento.
Aunque en una ocasión le recomendaron una cirugía para mejorar su movilidad, Valeria se negó, pues no quería depender de muletas. No se arrepiente de esta decisión y valora profundamente su independencia.
Ahora, a medida que su hija crece —ya supera a su madre en altura a los 4 años—, Valeria admite que cargarla se ha vuelto físicamente exigente. Aun así, lleva una vida plena: trabaja como manicurista, mantiene su independencia y disfruta de un matrimonio feliz.