La historia de hoy se centra en Monica Riley, una mujer cuyo objetivo en la vida no era viajar por el mundo, comprar una casa frente al mar ni encontrar la felicidad conyugal. En cambio, se fijó en una ambición inesperada: convertirse en la persona más pesada del mundo. Sorprendente, ¿verdad? Para lograrlo, Monica consumía cantidades masivas de alimentos ricos en calorías a diario.
Tras luchar contra la obesidad desde la infancia, Mónica finalmente decidió aceptar su condición en lugar de luchar contra ella. En lugar de perseguir la pérdida de peso, decidió convertir lo que muchos veían como una debilidad en una afirmación, con su esposo Sid a su lado, apoyándola plenamente en su inusual camino.
Con el tiempo, Mónica creció tanto que ya no podía moverse sola, y dependía de la ayuda de otros mientras esperaba su siguiente comida rica en calorías. Personas preocupadas de todo el mundo la instaron a detenerse, advirtiéndole de graves riesgos para la salud.
Cuando finalmente llegó a los 400 kg (aproximadamente 880 lb), la realidad se impuso. Mónica se dio cuenta de que estar completamente postrada en cama nunca fue realmente su intención. Ese momento decisivo la llevó a reevaluar sus decisiones y, a pesar de las adversidades y el escepticismo, dio la bienvenida no a uno, sino a dos hijos a su vida.
Hoy, Mónica es una madre orgullosa y alegre, que abraza un nuevo capítulo muy alejado de su objetivo anterior.