La legendaria presentadora de programas de entrevistas Sally Jessy Raphael, conocida por su papel pionero en los años ochenta y televisión de los 90, ahora se enfrenta a un obstáculo sorprendente, no en la pantalla, sino en línea. A los 89 años, la ex estrella del Sally Jessy Raphael Show ha expresado su frustración por la negativa continua de Instagram a verificar su cuenta, a pesar de presentar una prueba de su identidad. En una publicación reciente de Instagram, no solo llamó la atención sobre el silencio de la plataforma, sino que también advirtió a los seguidores sobre una cuenta de imitador engañosa que usa el mango «Realsallyjr». She urged fans to report the fake and support her efforts to get officially recognized.
Raphael made television history when her show debuted in October 1983, becoming a defining voice in daytime TV. Conocido por su estilo atractivo y su formato impulsado por la audiencia, el Sally Jessy Raphael Show corrió hasta 2002 y allanó el camino para otras leyendas como Oprah Winfrey. Entre sus innumerables entrevistas de celebridades, a menudo recordaba su conversación con Audrey Hepburn como una de las más inolvidables: un testimonio de su equilibrio y capacidad para conectarse con la realeza de Hollywood.
Por supuesto, ninguna mención de Sally Jessy Raphael estaría completa sin sus icónicas gafas rojas. Su estilo, ahora característico, surgió como una feliz casualidad: al necesitar lentes nuevas para leer mejor el teleprompter, le ofrecieron unas con montura roja que dudó en probar. Pero una vez que lo hizo, se convirtieron en su sello distintivo, y a lo largo de los años, ha coleccionado más de 200 pares.
A pesar de su impacto masivo en la televisión, la presencia de Raphael en Instagram es sorprendentemente pequeña, con menos de 650 seguidores a partir de agosto de 2025. Esta desconexión entre su famosa carrera y su huella digital ha dejado a los fanáticos perplejos y vocales. Many have taken to her comment section, filling it with blue heart emojis as a symbolic protest in place of the elusive blue checkmark.
Her struggle to get verified shines a light on the growing gap between old-school celebrity acclaim and modern social media bureaucracy. Raphael’s experience illustrates how even icons can find themselves navigating the frustrating landscape of digital recognition. Aún así, a través del humor, la resistencia y el apoyo de su leal base de fanáticos, continúa demostrando que Star Power no se desvanece, simplemente evoluciona.